1) Los rostros humanos no son retratos. No son proporcionales.
2) La ley de la frontalidad está reservada a los santos y a Jesús.
3) Si existen pliegues en las vestiduras, estos no expresan movimiento sino ritmo espiritual.
4) Poses hieráticas y miradas severas que conducen a una introspección.
5) Inmovilidad de las figuras que expresan la paz de Dios.
6) El nimbo dorado sobre la cabeza simboliza la luz divina que baña al personaje.
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