EL MITO VIAJA, pues se localizará en diversos lugares, siempre que existan algunos elementos que lo sugieran, para desvanecerse cuando el territorio en el que se localizó sea conocido. El país del vellocino de oro, meta de los argonautas, que se desvanece hacia el norte cuando los griegos recorrieron el Ponto. El lejano Occidente donde señorea Tartessos, que, por la longevidad de su monarca Argantonio y la inagotabilidad de sus riquezas, simboliza perfectamente la Felicidad. Las gestas de Alejandro, al ampliar de modo tan extraordinario el contorno de la oikumene griega, por un momento trasladan el mito a la fabulosa India.
CON LOS VIAJES renacentistas, desaparecerá la localización oriental del mito. Eldorado sustituye al mito antiguo, y será buscado tenazmente.
EL TOTAL Y perfecto conocimiento del mundo que la técnica moderna ha permitido, pudiera hacer creer que el mito del país de la Felicidad ha muerto. El hombre no se resigna, y no pudiéndolo hallar en la Tierra lo busca insistentemente en el Universo. ¿Y no es el mismo deseo de longevidad humana el que estimula la actual investigación clínica?
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