jueves, 2 de abril de 2009

SIMBOLISMO



















Se puede decir que surgió en la década de 1880. Era un movimiento que subvertía los convencionalismos burgueses. Se fijaba en estados mentales desequilibrados, perturbados.

El abrupto cambio que sufrió, con la revolución industrial en el siglo XIX, la vida diaria, suscitó una especie de reacción en los artistas. La pintura simbolista nos sugiere otra realidad, no la que nos rodea. Se plasman emociones. Temas como el sexo, la muerte, el miedo, el misterio, lo esotérico, lo pervertido y lo melancólico aparecen en las telas plasmados a veces con un idealismo personal y a veces fanático.

Decía Watts: “Pinto ideas, no objetos… Mi intención no es tanto pintar cuadros bellos como sugerir ideas dirigidas al corazón y a la imaginación, despertando aquello que es lo mejor y lo más noble del hombre”.

Según Maurice Denis: “Toda obra de arte es una transposición, una caricatura, la equivalencia personal de una sensación recibida”.

Odilon Redon afirmaba sobre sus dibujos: “ Nos transportan lo mismo que la música, al mundo ambiguo de lo indeterminado”.

La peculiaridad del símbolo consiste pues en significar lo que está ausente, lo trascendente, lo fuera del mundo.

Ese simbolismo estuvo y está presente en muchas obras de otros movimientos que no se adscriben exclusivamente a su uso, sino que lo utilizan como medio para conseguir otros fines que no son, entre ellos la evocación de lo que no está.

Algunos de los autores que se han adscrito a este movimiento son Dante Gabriel Rosetti, Gustave Moreau, Odilon Redon, Edvard Munch o Fernand Khnopff.

No hay comentarios: