RÍOS

Los ríos también tienen una gran presencia en las religiones. Bien como símbolo o imagen o como parte importante de las mismas. Así:

A orillas del Ganges se encuentran dos de las ciudad sagradas para los hindúes: Benarés y Hardwar. Cada inmersión desde sus orillas en el río expía un pecado. Depositar las cenizas de un cadáver en él evita el ciclo de la reencarnación del difunto. Según la mitología, el dios Brahma creó al Ganges a partir del sudor del pie de Vishnú.

Según la religión cristiana, la Biblia explica que el Edén es un huerto o jardín que existió en una región de Oriente Medio. De él partía un río que posteriormente se dividía en cuatro. El Pisón, el Gihón y el Hidekel que se dividía en dos identificados con el Tígris y el Eúfrates.

La religión egipcia explica que cada mañana el Sol nace en oriente, crece hasta el zenit, envejece hacia occidente y desaparece en la Duat, el reino de los muertos. Este viaje lo efectúa Ra a bordo de Mandyet, una barca fluvial. Otra barca, la Mesektet, lo lleva en su viaje subterráneo del anochecer al amanecer. El día y la noche son así dos ríos que los dioses utilizan cada día. Gracias a este mito el rito funerario de los faraones concibió que debían atravesar difuntos el Nilo en barcas semejantes a la de Ra. Una de ellas se encontró en unas excavaciones en 1954 a los pies de la pirámide de Keops en Giza en perfecto estado de conservación.

También según la religión cristiana, Yavé impuso a Moisés la prohibición de atravesar el río Jordán. El hecho de atravesarlo adquiere importancia al hacerlo Josué. Este hecho simboliza la llegada del pueblo judío a la Tierra Prometida. También a las orillas del mismo y dentro de él predicó y bautizó Juan el Bautista. Para los cristianos ortodoxos, el Jordán es símbolo de la purificación antes de la muerte. Elías el profeta y Elíseo dividieron sus aguas al igual que Josué.