miércoles, 21 de enero de 2009

SANTOS





SAN IGNACIO DE Antioquía dijo: "Yo soy trigo de Dios, y me muelen los dientes de las fieras para ser pan puro de Cristo. Permitidme ser un imitador de la Pasión; sólo cuando el mundo ya no vea mi cuerpo seré realmente su discípulo". Los dos leones devoran a Ignacio como las bocas de los fieles cristianos comen el pan eucarístico. Aunque la tradición así lo señala, al parecer no existen evidencias de que murieran mártires en el Coliseo...






SAULO ESTUVO PRESENTE en la lapidación de Esteban, aprobó su muerte y los testigos depositaron el manto de Esteban a sus pies (Hechos 7,58). La lapidación se produjo extramuros de Jerusalén, y allí la emperatriz Eudoxia, en el siglo V, mandó construir una basílica. Se cita a Esteban por primera vez como integrante de la lista de los siete discípulos elegidos por la comunidad de Jerusalén para servir en la mesa de los pobres, descargando de este cometido a los apóstoles, que tenían que dedicarse a la predicación de la Palabra. El término "diácono" (servidor, ministro) sólo fue usado después de la conversión de Saulo.

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