sábado, 12 de mayo de 2012

MENSAJE SIMBÓLICO EN EL MEDIEVO

















El MENSAJE simbólico en el Medievo, al tener como destinatario al pueblo llano compuesto por una masa de gente analfabeta,  incapaz de leer,  hace uso de las imágenes para hacerse entender. Mediante este lenguaje son capaces de discernir lo bueno de lo malo, de entender que sus acciones diarias tendrán un premio o un castigo final. En ese tiempo hasta un niño era capaz de descifrar todos y cada uno de los mensajes cifrados en esculturas, pinturas o vitrales. En la Edad Media acceder a una catedral era descifrar mensajes desde el mismo momento en que el creyente se situaba frente a la portada. Al posar la mirada descubría cifrados, mediante una iconografía y una serie de símbolos, unos mensajes a los que estaban acostumbrados. Podríamos compararlo hoy día a las señales de tráfico, los logos de empresas, o multitud de símbolos que se nos plantean en nuestro día a día y que gran parte de la población occidental sabe leer y comprende a la perfección.
En el espacio catedralicio, tan importante como lo representado es el lugar donde se sitúa esa representación que dotará a la misma imagen de un significado diferente según su posición en un mismo marco, el tamaño del espacio que ocupe, o su situación en un espacio u otro del edificio.
Y no solo las representaciones bíblicas, las de animales o las de seres fantásticos jugaban un papel determinante en el significado del mensaje cifrado. La luz era otra parte fundamental en los mensajes (sobre todo en las grandes catedrales góticas), a las que dota de una atmósfera atemporal que va cambiando conforme se suceden las horas del día. La luz alcanza entonces un valor metafórico ligado a lo inmaterial, pero que llega a todos igual que la luz divina llega a todo ser humano.

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