EN EL EDDA escandinavo, los dioses, los hombres y todos los seres vivos que crecen en la tierra juran a la madre de Balder que jamás le herirán. Pero el muérdago no nace del suelo, sino sobre los árboles: una rama de muérdago arrojada involuntariamente mata a Balder en el solsticio de invierno.
EN LA IMAGEN, muérdago parasitando un álamo...
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