martes, 9 de noviembre de 2010

ARTIFICIOSIDAD


El Cister realiza un ataque frontal contra todo tipo de artificiosidad que pueda alterar o adulterar las funciones que la iglesia (según ellos), debe tener, estrictamente religiosas. Su forma de vida es contraria al artificio, el recargamiento. De esta manera en la arquitectura tienden a una simplificación formal. Eliminan todo lo superfluo, y entre lo que ellos consideran así se encuentra la decoración, incluyendo a las vidrieras. Las ventanas vuelven a ser simplemente un foco de luz que se abre en el muro, controlando de una forma racional dicha luz para que no produzca ningún tipo de efecto ampuloso que pueda, mediante las sensaciones materiales, desviar la atención de lo importante, de su función, que no es otra que la meditación, la oración y el trabajo. En definitiva la comunión con Dios.

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