EL MONASTERIO DE El Escorial guarda reminiscencias de los tres dominios territoriales de Felipe II: el rectángulo de la planta con sus cuatro torres en las esquinas, típico de los sobrios alcázares castellanos; la arquitectura clásica italiana en la basílica y las portadas; y los típicos tejados apizarrados flamencos que Felipe había aprendido a amar en su juventud en Valladolid, Milán y Bruselas.
FINA SENSIBILIDAD DE la fachada sur, en tema tan difícil como es la repetición de tantas ventanas en un único lienzo...
1 comentario:
Ca ,c'est un souvenir magnifique.
Publicar un comentario