viernes, 15 de octubre de 2010

DUELOS





EL OFICIO DE periodista en el siglo XIX se veía frecuentemente acompañado por los duelos. El honor personal se lastimaba fácilmente en los debates literarios o doctrinales, tan habituales en una época en que desaparecían las creencias seculares.

GONZÁLEZ BRAVO SE batió en duelo con el general Caballero de Rodas, y también con Ríos Rosas, único que consiguió herirle. Campoamor dió un tremendo sablazo en la cabeza al almirante Topete. El duque de Montpensier (en la primera imagen) mató a su pariente Enrique de Borbón, infante que poco antes había querido ingresar en la Internacional.

ESPRONCEDA, MENDIZÁBAL, MANUEL Becerra, Romanones, Clarín, también fueron duelistas.

EN INGLATERRA, LORD Byron, William Pitt o Wellington, y en los jóvenes EEUU el ex-ministro de Hacienda Alexander Hamilton murió en duelo con el vicepresidente Aaron Burr. Pero el duelo desapareció en el mundo anglosajón desde mediados del XIX (salvo que incluyamos aquí los duelos a pistola del Far West, claro...).

PUSHKIN, EN RUSIA, o Ferdinand Lasalle, uno de los padres de la socialdemocracia, también murieron en duelo. Pero tanto en Rusia como en Alemania pervivió el duelo, con gran vigor, hasta la PGM.

EN FRANCIA, DUMAS padre, el represor de la Comuna Thiers, el republicano Gambetta, el socialista Jaurès. Mientras en otros países el duelo quedaba en los círculos de la antigua aristocracia de sangre, en París las nuevas clases sociales reivindicaban el antiguo código de honor. De hecho, entre el affaire Dreyfus y la Gran Guerra se vivió una época dorada del duelo.

SIN EMBARGO, EL duelo no era pervivencia de épocas remotas: no existió en la Edad Antigua, ni en la Media, ya que los torneos medievales eran, o bien "juicios de Dios", o bien competiciones deportivas o de preparación militar.

EL APOGEO EN Francia fue la época de los célebres mosqueteros, durante el reinado de Luis XIII. Pero el Rey Sol pondría fin (prácticamente) al hábito duelístico, o al menos lo redujo a círculos militares y aristocráticos.

VOLTAIRE LLEGÓ A retar a un caballero, pero sus criados le pegaron una paliza y ahí quedó la cosa (desde luego, a partir de entonces Voltaire se declaró enemigo de los duelos, como Diderot o Rousseau).

EN EL PARÍS revolucionario, la tribuna parlamentaria creó un nuevo tipo de insulto público, con los consiguientes duelos, si bien se extendió la idea de que la proliferación de duelos era un plan premeditado de las clases antiguas para eliminar a los diputados de la Montaña.

NAPOLEÓN DECÍA QUE "bon duelliste, mauvais soldat". O eso dicen que decía.

VICTOR HUGO, STENDHAL, Dumas, Gautier, Walter Scott, pusieron de moda nuevamente el duelo en sus obras literarias.

INCLUSO LOS ABOGADOS tuvieron que defender, con frecuencia, sus alegatos con las armas en la mano, al darse publicidad a los procesos judiciales.

EN EL MADRID de 1855 y 1885 llegó a constituirse un tribunal de honor permanente para dirimir conflictos de prensa y así acabar con los enfrentamientos sangrientos.

NO HAY QUE olvidar que las pistolas usadas en los duelos eran de cañón liso, en vez de rayado, lo que dificultaba o incluso imposibilitaba la puntería y favorecía el azar, residuo quizás del viejo carácter de "juicios de Dios" de este tipo de enfrentamientos.

ALEJANDRO LERROUX SE aupó a la fama mediante frecuentes duelos. Su corpulencia (ver segunda imagen), su aspecto fiero y su sangre fría atemorizaban al rival antes de empezar, si bien las intenciones homicidas solían ser nulas por ambas partes. Aliviados al ver consumida la pólvora sin consecuencias, con frecuencia terminaba el reto con un almuerzo de confraternización.

2 comentarios:

Juan Antonio HERGUERA TORRES dijo...

Me gusta mucho tu blog.
Un abrazo.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Muchos duelos famosos ha habido en la historia, a sable, pistola, etc… por cuestiones de honor entre caballeros; pero muchos más entre anónimos desconocidos de las capas sociales más bajas. Estos usaban la faca, no tenían padrinos, pero morían igual. Es parte de la condición humana que tan bien supo reflejar Goya en “Lucha a garrotazos”. Muy buen repaso a los más célebres duelos. Alguno de ellos no los conocía. Un saludo.