En Roma, entre la Vía Appia Antica, la Ardeatina y el Callejón de las Siete Iglesias, se extiende el “Complejo Calixtiniano” o “Catacumbas de San Calixto”, con aproximadamente unas quince hectáreas de catacumbas. Aquí podemos encontrar la cripta de los Papas. En esta cripta fueron sepultados nueve papas y ocho obispos del siglo II. En las paredes están pegadas las lápidas originales, quebradas e incompletas, de cinco papas: San Ponciano, San Antero, San Fabián, San Lucio I y San Eutiquiano. Sus nombres están escritos en griego, según la costumbre oficial de la Iglesia de ese tiempo. Sobre cuatro lápidas, junto al nombre del pontífice, está la calificación de epí(scopos) = obispo, porque era el jefe de la Iglesia de Roma; y sobre dos lápidas está la sigla, es decir, la abreviatura MTR = Mártir. "Mártir" significa testigo. Se llamó mártires a los cristianos que habían dado testimonio con la sangre de su fe en Cristo. En este cementerio, el Papa Sixto II fue sorprendido por los soldados del Emperador Valeriano y decapitado en ese mismo lugar; mártires como él murieron cuatro diáconos: Magno, Vicente, Jenaro y Esteban.
viernes, 15 de octubre de 2010
CATACUMBAS
En Roma, entre la Vía Appia Antica, la Ardeatina y el Callejón de las Siete Iglesias, se extiende el “Complejo Calixtiniano” o “Catacumbas de San Calixto”, con aproximadamente unas quince hectáreas de catacumbas. Aquí podemos encontrar la cripta de los Papas. En esta cripta fueron sepultados nueve papas y ocho obispos del siglo II. En las paredes están pegadas las lápidas originales, quebradas e incompletas, de cinco papas: San Ponciano, San Antero, San Fabián, San Lucio I y San Eutiquiano. Sus nombres están escritos en griego, según la costumbre oficial de la Iglesia de ese tiempo. Sobre cuatro lápidas, junto al nombre del pontífice, está la calificación de epí(scopos) = obispo, porque era el jefe de la Iglesia de Roma; y sobre dos lápidas está la sigla, es decir, la abreviatura MTR = Mártir. "Mártir" significa testigo. Se llamó mártires a los cristianos que habían dado testimonio con la sangre de su fe en Cristo. En este cementerio, el Papa Sixto II fue sorprendido por los soldados del Emperador Valeriano y decapitado en ese mismo lugar; mártires como él murieron cuatro diáconos: Magno, Vicente, Jenaro y Esteban.
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