Según Francisco Pacheco, un pintor no podía tener más alta misión que la de representar los misterios divinos: "Todas las obras virtuosas pueden servir juntamente, a la gloria de Dios, a nuestra enseñanza y a la edificación del prójimo...". "El fin principal será persuadir los hombres a la piedad y llevarlos a Dios".
Pacheco fue maestro y suegro de Velázquez y sin embargo este apenas hizo pintura religiosa. Existen algunos ejemplos sublimes de Velázquez en ese campo como: "San Juan Evangelista en Patmos" (en la imagen) y "La Inmaculada Concepción".
Un contemporáneo de Velázquez y a su vez rival dijo que el pintor de imágenes religiosas debía: "... ayudar a mover la devoción, reverencia, respeto y piedad".
Pacheco fue maestro y suegro de Velázquez y sin embargo este apenas hizo pintura religiosa. Existen algunos ejemplos sublimes de Velázquez en ese campo como: "San Juan Evangelista en Patmos" (en la imagen) y "La Inmaculada Concepción".
Un contemporáneo de Velázquez y a su vez rival dijo que el pintor de imágenes religiosas debía: "... ayudar a mover la devoción, reverencia, respeto y piedad".
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