miércoles, 13 de mayo de 2009

LITERATOS DEL 98 Y PINTORES







La llamada generación del 98 suele estar identificada con el suceso de la pérdida de la última colonia española en América. La realidad sin embargo es que el suceso histórico sirve para aglutinar una nómina impresionante de creadores literarios, que coinciden en un mismo espacio físico y hace que compartan una serie de principios que pretenden romper con la literatura hasta ese momento imperante. Indudablemente las circunstancias sociales que les acompañaban impregnaron sus obras de imágenes que transcienden lo meramente descriptivo. En sus obras hacen crítica de la sociedad española, de sus vicios y miserias, del atraso finisecular en el que el país se iba sumergiendo. Hablan de una miseria económica, moral, de ideas y de un pueblo cuya imagen es la del hombre vencido, sojuzgado y vapuleado. Una España de miserias, amos y religión omnipresente con una catadura moral realmente baja. La visión de los literatos haya un perfecto reflejo en un grupo de pintores que en sus lienzos hacen un retrato físico y psicológico de esa España. Los llamados pintores de la España Negra. Zuloaga, Darío de Regoyos o Gutiérrez Solana. Junto a estos otra serie muy importante de pintores, compartieron espacios físicos, principios y desavenencias con los literatos. Pintores como Romero de Torres, Sorolla o incluso el Picasso de su época azul.

Un buen ejemplo de esa concurrencia física de pintores y escritores es por ejemplo la famosa tertulia del Café de Levante capitaneada por Ramón María del Valle-Inclán. En ella además de sus compañeros de generación literaria intervinieron pintores como los mencionados y muchos otros que compartieron o debatieron posturas estéticas, ideas o temas. Otro ejemplo de la interrelación entre pintores y escritores fueron las publicaciones que se hicieron, bien en forma de libros, bien en forma de artículos periodísticos en los que se ensalzaban o atacaban las posturas pictóricas y/o vitales de unos y otros. Bien conocida era la animadversión que existía entre Pío Baroja y Gutiérrez Solana, aunque compartiesen muchos principios estéticos; también conocida la influencia de Unamuno en Sorolla, o la admiración que sentían Manuel Machado o Ramón Pérez de Ayala por Julio Romero de Torres. Ejemplo de esto son los artículos publicados en el diario madrileño El Mundo en 1908 por Valle-Inclán en relación con la crítica pictórica.

En definitiva, hubo una relación directa entre literatos como Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ramón María del Vale-Inclán, Ramón Pérez de Ayala y Manuel Machado y pintores como Zuloaga, Sorolla, Romero de Torres, Anglada Camarasa, Darío de Regoyos o Gutiérrez Solana, entre otros que se dejó notar en la producción de todos ellos.

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