jueves, 19 de marzo de 2009

ALJAFERÍA



Este edificio es el más importante de los edificios civiles del patrimonio de Aragón. La primera noticia escrita que aparece de la Aljafería data del año 1109.

Consta el edificio de un recinto fortificado en el que destaca la Torre del Trovador, que es sin duda la parte arquitectónica de mayor antigüedad de las instrucciones islámicas conservadas. Su primera planta y parte de la segunda se enmarcan en la segunda mitad del siglo IX.

En el interior del recinto fortificado hallamos en la planta baja el Palacio Taifal del siglo XI. En él se encontraban unas salas de planta cuadrada de las que hoy sólo queda la del flanco occidental. De su bella decoración original hoy sólo restan pequeños fragmentos aislados. En el palacio se crean espacios mediante la separación por series de arquerías que se multiplican armoniosamente. Podemos observar arcos túmidos que se trasdosan en arcos polilobulados. Los capiteles que coronan las columnas de basa ática son de orden corintio y compuesto, creándose dos tipos distintos. Los primeros tienen decoración de ataurique, y los segundos, que son más sobrios, en los que aparecen las típicas hojas de pencas lisas, carnosas y abultadas. Los arcos son de herradura, polilobulados y mixtilíneos.

También conviven intervenciones cristianas medievales. La mayoría de ellas se fueron localizando en todo el conjunto monumental. Uno de los vestigios bajomedievales que encontramos es la iglesia de San Martín, erigida según se cree después de 1118. De todas maneras fue en el siglo XV cuando se levantó la iglesia mudéjar que nos ha llegado a nuestros días. Esta iglesia está localizada en el ángulo noroeste de la muralla. Durante el siglo XVIII la capilla fue remodelada. La capilla de San Jorge desapareció. Otro de los vestigios es el palacio mudéjar de Pedro IV. Eran más bien estancias independientes. Estaba integrado en esencia por tres salones amplios recubiertos de alfarjes.

Ya con el reinado de los Reyes Católicos, estos mandan levantar, en los últimos lustros del siglo XV, sobre el ala norte rel recinto islámico, un espléndido palacio. En este se funden el gótico final con el renacimiento, así como elementos mudéjares. Sus áreas más importantes son:

a) La escalera noble. Dos amplios tramos con pretiles de yeserías caladas iluminados por ventanales de medio punto angrelados revestidos con decoración de yeso con hojas y tallos. La techumbre es una sucesión de bovedillas de revoltón transversales pintadas al temple.

b) La galería o corredor superior. Es el enlace entre la escalera y las habitaciones del palacio. Está abierta al exterior por una serie de vanos adintelados separados por columnas de fuste torso.

c) Salas de los espacios perdidos. Tres pequeñas habitaciones que servían de antesalas de espera. Poseen unas excelentes techumbres y tres magníficos taujeles de madera.

d) El salón del trono. De planta rectangular de grandes dimensiones y un maravilloso artesonado que corona el salón. Madera tallada dorada y policromada, sustentada por gruesas vigas y traviesas que se decoran con lacerías y estrellas de ocho puntas y treinta casetones cuadrados. En su interior tenemos un florón central de hojarasca rizada y grandes piñas colgantes junto con el emblema del yugo y las flechas. Bajo el artesonado encontramos una galería de arcos conopiales con antepechos calados.
En época moderna se planteó la necesidad de fortificar la Aljafería. Se adosaron a los lienzos de la muralla musulmana habitáculos para el alojamiento de la soldadesca y caballerizas, así como se hizo un camino de ronda protegido por un muro almenado con cuatro baluartes en las esquinas y un imponente foso. Los cuarteles que albergaba se edificaron en tiempos de Carlos III.

En la actualidad es la sede del Parlamento Autónomo Aragonés.

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