sábado, 1 de noviembre de 2008

ENCÍCLICAS



Esta palabra (que deriva del griego ἐγκύκλιoς que significaba circular), se refería en un principio a una carta de tipo pastoral que remitía un obispo anglicano al final de las conferencias de Lamberth que se celebraban cada diez años. Fue adoptada por la iglesia católica apostólica romana en 1740, año en que el Papa Benedicto XIV (en la imagen) hizo circular la primera. Con ellas se quiere adoctrinar a los feligreses aunque carecen del carácter de infalibles, cosa que no ocurre con las Bulas Papales. Su estructura es siempre la misma, ya que el comienzo y el final es siempre una bendición y felicitación. Están escritas en latín como norma general, aunque se publique en distintas lenguas. Siempre va firmada por el Papa y son publicadas en las “Acta Apostolicae Sedis”.


Algunas de las más conocidas son:


“Rerum Novarum”. 1891, León XIII. Comienza el interés de la Iglesia por los temas sociales.


“Mater et Magistra”. 1961, Juan XXIII. Crítica al socialismo y al capitalismo, pues no tienen al hombre como personaje central del trabajo.


“Laborem exercens”. 1981, Juan Pablo II. Es una crítica al capitalismo salvaje.


“Deus caritas est”. 2006, Benedicto XVI. Versa sobre el eros, el ágape y el logos, y su relación con las enseñanzas de Jesucristo.

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