DEMÓSTENES

Acaso el mejor orador que la historia haya dado, fue un hombre que superó las adversidades mediante un tesón inigualable. Queda huérfano a la edad de siete años, tartamudea, su voz es débil y además padece un tic que le hacía constantemente encoger los hombros. Sin embargo mostró un carácter tenaz que le ayudó a superar todas sus limitaciones, ayudado por una memoria excelente (se dice que recitaba de memoria la Historia de la guerra del Peloponeso de Tucidides completa), llegó a ser un referente en la política y oratoria en el orbe heleno. Sus comienzos en la oratoria se debieron al pleito que estableció con los administradores de su herencia paterna a los cuales acusó de malversación. Su facilidad en la oratoria le llevó a convertirse en logógrafo. En aquel entonces, cuando existía un pleito, el litigante podía buscar a un logógrafo que escribiera los discursos que debía pronunciar el demandante en el juicio si este no era ducho en dicho tema o no se sentía lo suficientemente seguro de como realizarlo. De aquí a la política apenas si existía un breve paso que se decidió a dar en el año 354. El, como enamorado de Atenas, intuyó el peligro que suponía el rey de Macedonia Filipo II con su afán expansionista y pronunció sus famosas "Filípicas" en las que enardecía a los atenienses a enfrentarse contra el rey para preservar el papel de supremacía que él presuponía que debía tener Atenas como polis líder en el mundo helenístico. Finalmente Atenas y Tebas se levantaron contra Filipo y posteriormente contra su hijo Alejandro y tras largas luchas ambas cayeron ante el empuje macedonio. Tras una azarosa vida fue condenado a muerte y se refugió en el templo de Poseidón en la isla de Calauria donde llegaron los macedonios para prenderle, pero no se atrevieron a violar el sagrado recinto. Demóstenes aprovechó esta ocasión y, en un alarde teatral, cogió una pluma refiriendo que iba a redactar un escrito a sus amigos, y se la llevó a la boca. En ella oculto existía un veneno que el político aspiró dándose a la muerte el año 320 a.C.

“Los sucesos grandes tienen como origen incidentes pequeños”.