Médico griego que fue llamado por el anciano rey de Siria para que curara a su hijo enfermo. Tras observarlo, hizo que pasaran delante de él todas las mujeres de la corte. Al pasar la joven y bella esposa de su padre, es decir, la madrastra, el pulso del muchacho enfermo se aceleró y pareció recuperarse. El médico comunicó el diagnóstico al padre, quien acto seguido se separó de su esposa y la casó con su hijo.
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