EL SANTO ABAD Menas, con el Salvador ("Soter" puede leerse junto a Cristo), representación habitual en el arte copto.
PARA EL ORIENTE cristiano, la auténtica "Santa Faz" es el mandylion, el retrato que Jesús envió a Edesa para curar al rey Agbar. La teja (keramion) que ocultó el mandylion durante las persecuciones conserva la huella inversa de la Santa Faz.
VERÓNICA LLEVÓ LA imagen a Roma, y Tiberio se curó.
LA BOCA PEQUEÑA y cerrada representa silencio y fuerza interior. Y la anchura del cuello refleja la plenitud del hálito del Espíritu Santo.
EN EL AÑO 325, el Concilio de Nicea confirmó que Cristo era la imagen visible y perfecta del Padre. Siguieron tres siglos de lucha contra las herejías que negaban la naturaleza divina (arrianismo) o humana (monofisismo) de Cristo, hasta que se logró establecer que la persona de Cristo contiene la unión hipostática (es decir, personal) de dos naturalezas, la humana y la divina. El icono del Pantócrator se convirtió en el símbolo de ese combate.
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